Desayunos llenos de energía y vitalidad.
Muchas veces se relaciona la energía que una comida tiene que proporcionarte con el efecto adrenalínico que te proporciona la cafeína de un café.
Desde un punto de vista saludable, tener energía, significa disponer de vitalidad física y mental, claridad y concentración de forma estable durante un periodo prolongado de tiempo.
Así pues es importante, ante todo, no perder energía digiriendo:
- Masticar y ensalivar bien los alimentos para facilitar la digestión.
- No comer en exceso.
- No hacer desayunos copiosos.
- Evitar alimentos de difícil digestión, como lácteos, embutidos o carne.
Energía rápida y corta, o estable y duradera?
Alimentos cuyo contenido sea, principalmente, formado por azúcares de absorción muy rápida, nos generarán una rápida subida de azúcar en sangre, generando una sensación euforizante o de hiperactividad en poco tiempo, pero de la misma manera que suben los niveles de azúcar en sangre, rápidamente bajan, generando una hipoglucemia y por tanto un estado de fatiga, falta de concentración e irritabilidad.
Entre estos alimentos no deseados, cabe destacar:
- Azúcar blanco o moreno.
- Bebidas azucaradas como colas o refrescos.
- Leches animales y vegetales.
- Cacao en polvo edulcorado.
- Zumos de fruta artificiales o néctares de fruta.
- Mermeladas industriales o elaboradas con azúcar añadido.
- Cereales y mueslis industriales y edulcorados.
En cambio, alimentos ricos en azúcares de absorción lenta y ricos en fibra, nos proporcionarán glucosa (combustible de las células), de forma gradual, sin subidas ni bajadas bruscas, ofreciéndonos una energía estable y de larga duración, que favorece el buen rendimiento en el trabajo y estudios.
Así pues dos desayunos energéticos, para mí son:
El top !! Ahora que ya viene el frío.
Una sopa de miso o infusión de tomillo y una crema de cereales (porridge).
La crema de cereales, se elabora como si fuera una arroz con leche, pero utilizando agua, cereales integrales de grano entero (arroz integral, cebada, avena, mijo, o trigo sarraceno entre otros), un poco de canela y piel de limón y se cocina hasta conseguir la textura cremosa deseada. Se acompaña con unos frutos secos y semillas que nos aportan un toque crujiente a la vez que grasas saludables entre otras propiedades. En la consulta, es el desayuno que doy a deportistas de élite o aficionados a deportes de resistencia. Es fantástico.
La otra opción, para quién aún está desayunando el bocadillo de jamón o chistorra, es hacer un “bocadillo saludable”.
Una tostada vegetal con un té Mu. Buscaremos un pan de buena calidad elaborado con harinas frescas y levadura de masa madre y haremos una tostada, no bocadillo (con una rebanada de pan es suficiente). Le podemos añadir humus que nos aporta una proteína ligera y de fácil digestión y siempre acompañado con un poco de verdura cruda (lechuga, rúcula, rabanitos pepino, etc) que nos aportará fibra y vitaminas. El pan es un cereal refinado y por lo tanto, nunca nos puede ofrecer la misma calidad de energía que un cereal integral de grano entero pero, gracias a la fibra que la verdura nos aporta en este bocadillo, absorbiremos estos azúcares de manera más gradual.
Si no os gusta el humus, se puede hacer alternativas como aguacate u otros patés vegetales.
Finalmente, acompañado con un té Mu, una infusión a base de varias raíces (ginseng, regaliz, etc) que tonifica y activa el organismo de forma equilibrada y saludable.
A continuación os dejo una divertida experiencia escrita por un buen amigo mio, reflexionando sobre los desayunos saludables. “Hummus. De Curt Comell”.